Deber fiduciario
El sábado 7 de diciembre, El Mercurio publicó que los ministros de Hacienda y del Trabajo suscribieron un acuerdo para incrementar salarios en el sector público, más allá de la inflación, generando un mayor costo de más de US$2.000 millones para el Estado. Esto ocurre en un contexto de bajo crecimiento económico y alta deuda pública, lo que agrava la fragilidad de nuestras finanzas.
En el mundo privado, los directores de empresas estamos sujetos a un estricto deber fiduciario. Esta responsabilidad nos exige actuar con diligencia, lealtad y prudencia en la administración de los recursos que los accionistas, con esfuerzo, han puesto bajo nuestra custodia. Cada decisión debe orientarse a maximizar el valor de la compañía, evitar conflictos de interés y resguardar el patrimonio ajeno como si fuera propio. No hacerlo acarrea sanciones legales y afecta la confianza de los inversionistas.
¿Por qué a los ministros del Interior y del Trabajo no se les exige la misma disciplina en la administración de los recursos públicos? ¿Por qué pueden comprometer fondos provenientes de los contribuyentes sin realizar evaluaciones de impacto o productividad, mientras que en el sector privado cualquier desvío de estos principios sería considerado una falta grave?
Los recursos fiscales no son de libre disposición. Son el fruto del esfuerzo de millones de chilenos que, mes a mes, aportan con el pago de sus impuestos. La responsabilidad de quienes los administran no debería ser menor que la que se demanda a los directores de una empresa. Si la productividad del sector público no mejora, ¿qué justifica el aumento de costos? Si no se evalúa el desempeño, ¿cómo se garantiza que los recursos estén bien utilizados?
Mientras tanto, al otro lado de la cordillera, el Presidente Milei impulsa medidas para asegurar un manejo eficiente del sector público, como exámenes de idoneidad para funcionarios, identificación de duplicidades y optimización de estructuras administrativas. Las comparaciones son odiosas, pero en ocasiones resultan necesarias para abrir los ojos y exigir más de nuestras autoridades.